lunes, 22 de abril de 2013

Lo uno saca lo otro


Es genial como cuando uno se enfoca en solucionar
un problema, inevitablemente abandona otros
aspectos de la vida.

Ejemplo, te pasas estudiando para pasar un
examen, pero sos un desastre estético. Te
concentrás en tener la casa perfecta, pero te
mandás un par de metidas de pata en el laburo.

Sos elegida la mejor mamá del año, pero no
terminás la carrera... y así infinitamente una
lista de frustraciones a las que no somete este
mundo multitasking en el que nos toca vivir.
Es simple, ponganse a pensar nomás y apliquen
esta premisa en cualquier situación: hacés algo
bien, y automáticamente abandonás otro algo.

Es lo mismo que hacer dieta. Cuál es el fin?
Bajar de peso. Que por cierto, en mi caso, poco
importan los números de la balanza, lo que me
interesa es reducir tamaño, pero eso es otro
tema. Entonces, en la medida que una se va
concentrando en achicarse, sin querer se olvida
de otras y esto nos lleva a una conversación que
tuve anteayer con una de mis amigas (las dos
treintañeras boludeando):

Amiga: boluda, en la peluquería me preguntaron la
edad, dije 31 y la peluquera me dijo que parecía
de 21!
Yo: en serio?! qué loco! igual para todos yo
tengo 25
Amiga: y bué, capaz que con la cara zafemos pero
mi cuello está atravesado por 3 rayas y las tetas
desaparecieron...
Yo: cuello? rayas?! what?!!!
Amiga: y sí... esas que vos también tenés! mirá!

Me pase un espejito y al ver, y sentí
directamente una especie de blackout.
P... madre! una vida dale que dale con la cremita
contra la piel de naranja que me pasé por alto
las anti-arrugas.
Es o no cierto que ocuparse de algo, hace que
abandones lo otro?

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