miércoles, 27 de febrero de 2013

mala yunta


Mi mejor amiga y yo estábamos tranquilitas en la cocina de la casa de verano preparándonos unos tacos para cenar, cuando de repente entra su hermana (ultra flaca) y nos pide que le invitemos. Mi amiga amablemente le prepara la comidita y la muy desubicada de la hermana lanza un “Ay que rico! me advirtieron luego que no me junte con gorditas porque seguro termino rodando”. Las dos destinatarias de tan poco feliz comentario solo pudimos mirarle con cara de Y DESPUÉS?
Entonces, ademas de echar en cara cada vez que puedo a la hermana flaca de mi amiga de lo bruja que fue, me puse a pensar que quizá tiene un poquito que ver en nuestras figuras la gente con quien nos juntamos. Estas personas no necesariamente son también rellenas pero tienen esos hábitos que solamente perjudican.
Por ejemplo, con la misma amiga, una noche habíamos llegado del boliche y nos enteramos de una noticia muy triste, entonces en menos de 15 minutos nos comimos casi sin darnos cuenta UNA TORTA HELADA ENTERA. Cuchara tras cuchara lloramos preocupación y nos levantamos de la mesa con 3 kilos mas cada una. Adivinen quién nos pilló en plena escena? Si, la hermana.
Otro día, yo me había peleado con mi chico y fui a debatirlo con la misma amiga, qué hace ella? Va a la panadería (todo mientras escuchaba mi lamento), carga una bolsa gigante de panes felipitos, manteca y chocolatada y posteriormente me los ofrece como el mejor abrazo de confraternidad y empatía.
No solamente en los momentos difíciles se desarrollan estos patrones. Ooootra amiga, con motivo de celebrar una despedida prepara, ademas de todo el alcohol correspondiente, una mesa llena de quesos, jamones, dátiles, panes y todo lo que pueda llegar a combinar. No contenta, tenía guardaditos en su cocina dos paquetes enormes llenos de empanadas gourmet... “por si acaso”. Claro que liquidamos todo. Ayer nomas, en lo de un amigo, no contentos con tomar toda la cerveza del mundo comprada para la ocasión, completamos la noche vaciando restos de whisky y quien sabe que otros brebajes de la bodega familiar con tal de seguir la noche.
Ansiedad colectiva? Exceso de amor fraternal? Seré yo el problema? O será esta mala junta? No sé que puede ser, pero al menos sola no voy a explotar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Seran las amigas pero y quien rechaza una buena comida

ɐןɹɐɔ dijo...

Pues para comenzar, menuda TONTA la hermana de tu amiga, o sea, que me disculpe tu amiga pero qué hermana más idiota tiene, a parte que maleducada ¬¬

Segundo, a veces uno comparte hábitos tóxicos con los amigos, pos son cosas en común que tenemos, lo malo viene cuando te arrastran a lugares que tu no quieres y tu sigues por no "llevar la contraria". Te cuento, cuando yo pesaba aprox 70 kg, un mal amigo T y otro compañero de trabajo TODAS las noches era la cena de pizza, y si ellos se comían 5 pedazos querían que yo también lo hiciera: vaya otro pedazo, sólo te has comido 2!!! no se vale, nosotros ya nos comimos los 4 de nosotros!!

Y yo qué hacía: comer!
Al final engordé DEMASIADO, estoy en 100 kg, frustrada y con depresión, ellos? Pues con uno no me llevo mucho porque como que la esposa está celosa de mi (vieja tarada) el otro me echó el cuento que me quería que yo era especial y como no le solté nada, dejó de hablarme y terminó andando con otra compañera de trabajo (que no me simpatiza), ella ahora ha adelgazado.

Tienes que tener cuidado, no te digo que le dejes de hablar a tus amigos... NOOO pero si cuidarte de la gente como con la que yo me llevaba. Si tu estás a dieta los demás te apoyarán, si se te quieren unir en la dieta BUENÍIIISIMO si no ellos respetarán tus hábitos y tu los de ellos.

Cuidate mucho